martes, 24 de junio de 2008

El despertar


Ando intentando acallar el neocortex, hibernar mis redes superiores en favor de mi cerebro arcaico, primitivo. Enmudezco las palabras para dejar que susurren los sentidos, los bajos, los instintos. Desconecto mi ordenador saturado de neuronas confundidas que se pierden entre viejas conexiones inútiles para resolver los nuevos enigmas. Siempre creí en la percepción por encima de la razón, aunque me pasé años leyendo y estudiando sin descanso para poder entender este cuerpo que nos aloja, esta mente que no descansa. Yo, libra, aire, razón, ilusión, fantasía, trato de volver a la tierra, a mis vísceras, a mi útero olvidado, a lo tangible. No entender sino intuir, unirse a la lucha por recuperar lo mágico, lo perdido.

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